♥Nuestro crecimiento como cristianos♥

En la vida cristiana hay una meta, expresada por Dios de esta manera: “A los que antes conoció… los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Ro 8.29). Este proceso se conoce como santificación. Se identifican varias etapas en el trayecto hacia esa meta, pero la mayoría de los creyentes no están familiarizados con ellas. Permíteme ofrecerte algunas definiciones, para que conozcas dónde se encuentras en ese camino, y sepas qué debes esperar.

La salvación es la primera etapa de la vida cristiana. Se refiere a tu redención del pecado gracias al sacrificio expiatorio de Cristo. Como resultado recibes el perdón, que te permite tener una relación con el Todopoderoso.

Después, Dios te da la oportunidad de servirle (Ef 2.10). Fuistes creado para hacer buenas obras en el nombre de Jesús.

Luego, el comienzo de la tercera etapa: un sentimiento frustrante de incompetencia. Esta desagradable, pero necesaria parte del camino, puede variar con el tiempo. Sin ella, te sentirías autosuficiente y orgulloso. Debes reconocer que, aunque difícil, esta fase es hermosa, porque te conduce a la mejor parte de tu vida espiritual: la total dependencia del Señor Jesús como el Señor de tu vida. Y estaras logrando  tu meta final: convertirte en un reflejo de Cristo.

Lamentablemente, muchos cristianos no llegan al punto de una absoluta confianza en el Señor. Pablo  te recuerda que; fijemos nuestros ojos en la meta de madurez en Cristo (Fil 3.14). Aprender a morir a sí mismo es doloroso pero, irónicamente, es el único camino verdadero a la vida.